lunes, 1 de octubre de 2012

Capítulo 29: Encuentro de Gohans

- Uno dos, uno dos, uno dos,- de la casa salía ese sonido.

- Eoooo-dijo Gohan- ¿hay alguien aquí?

La brújula marcaba que la persona que buscaba estaba dentro de esa casa. Era curioso. Los alrededores de la casa le recordaban enormemente a los de su casa. Nadie respondía, así que entro en la casa. Pasó por la cocina y se encontró un enorme bol de arroz. Gohan aprovechó para comer, ya que llevaba horas volando en busca de su abuelo. Después de eso siguió buscando por la casa. Finalmente llegó al salón. Ahí había un hombre viejo mirando la tele a menos de cinco centímetros de la pantalla. 

- Perdón, ¿es usted Gohan?- dijo Gohan.

- Eh, ¿quién me llama?-respondió el abuelo

- Me llamó Gohan y soy el hijo de Goku, tu nieto

- ¿Cómo?¿De Goku?

Gohan le resumió las aventuras que su padre vivió después de su último encuentro. Gohan (abuelo) se sorprendió al ver que Goku era extraterrestre, pero después comprendió que esa era la razón por la que era tan fuerte. Al llegar al momento de la desaparición de Goku, Gohan se entristeció.

- Así que Goku ha desaparecido… Y yo que confiaba en encontrármelo tarde o temprano… 

- Si… Pero estoy aquí para algo más importante…

Gohan le explicó toda la situación actual a su abuelo. El viejo entendió la situación y empezó a enseñarle la técnica a Gohan.

Un día después, Gohan se puso en marcha para volver a la Tierra. A medida que se acercaba a la salida del Cielo un extraño mal presentimiento le crecía dentro de su cuerpo. Al llegar a la puerta vio que había millones de humanos entrando en el cielo. Entre ellos distinguió a Satán y a Dende.

- ¡Dende! ¡Satán!-gritó Gohan- ¿Qué hacéis aquí?

- Gohan.-dijo el Dios- tienes que ir a la Tierra rápido

- ¿Qué ha pasado?

- Ginyu aprovechó que no estabais para atacar la Tierra. Mató a todos-dijo Satán

- A… Todos…-dijo Gohan, maldiciendo a Ginyu- no tengo tiempo que perder. Tengo que llegar rápidamente a la Tierra

- Buena suerte.

Justo al salir del Cielo, Gohan captó dos enormes energías. Una de ellas se iba debilitando con el tiempo. De repente, Kibitoshin se teletransportó delante de él.

- Rápido-dijo Kibitoshin- a tu hermano no le queda mucho tiempo. Agárrate a mí.

- Pero necesito ir a ver a Baba para ir a la Tierra-dijo apresurándose Gohan.

- No hace falta, los Kaioshins también podemos llevar muertos al mundo de los vivos durante un día.

- Pues vamos.

Gohan se agarró al Kaioshin. Esperaba que la técnica que le había enseñado su abuelo fuese efectiva. Y si no, por lo menos confiaba en que con la ayuda de los chicos pudieran parar a Ginyu…


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