lunes, 1 de octubre de 2012

Capítulo 31: La tierra, desprotegida

Os preguntaréis que fue de Ginyu después de desaparecer de la casa de Suno y Hatchan. El extraterrestre fue corriendo diversos quilómetros y luego encontró una cueva donde se refugió. Ahí pasó unas horas de descanso a la espera de que pudiera moverse mejor. Al cabo de unas horas notó algo extraño. Primero una energía poderosa desapareció y acto seguido tres más. No sabía dónde habían ido Gohan y los demás, pero eso le dejaba vía libre para encargarse de los demás terrícolas. De repente se dio cuenta de algo. Con esas heridas no podría luchar contra Gohan y Gotenks. No estaba al 100%. Sin necesidad de ocultar su energía se dirigió hacia la torre sagrada.

Piccolo estaba preocupado. Una energía enorme se dirigía hacia ellos. Sin Gohan ni los demás las bolas de dragón se habían quedado desprotegidas, por lo que él, Yamcha, Ten y Chaoz se habían quedado defendiéndolas. Ginyu aterrizó delante de ellos.

- Veo que os habéis quedado cortos de guerreros, ¿no?- se burló Ginyu de ellos. Ni siquiera tenían a Buu para hacerle frente. ¿Dónde estaba el chicle ese?

- Te arrepentirás de lo que le hiciste a Krilin- dijo Yamcha.

- Tranquilos chicos. Sólo quiero saber dónde se ha ido el hijito de Goku. No me diréis que ha huido de mí- dijo Ginyu- oh, veo que aquí hay un par de Namekianos. Mala suerte para ellos. Estáis en mi lista negra. 

- No podrás con nosotros- dijo Piccolo- ¡ahora!
-
Los 4 guerreros saltaron hacia el capitán. Ginyu se los quitó encima de un puñetazo a cada uno. Ten preparó un Kikoho. Ginyu saltó hacía él y le golpeó con una fuerte patada en el cuello. Ten se desplomó en el suelo, muerto. Chaoz se acercó a Ginyu dispuesto a autodestruirse cómo había hecho con Nappa. Ginyu le cogió del brazo y le lanzó hacía la Tierra. Al tocar el suelo hizo una explosión que destruyó la base de la torre de Karin, haciéndola caer sobre todo el continente. Yamcha concentró toda su energía en un potente Kamehameha. Ginyu lo desvió y le lanzó una andada de Ki. Yamcha desvió algunos de los ataques destruyendo el Palacio, pero llegó un punto en que no pudo aguantar más y se calcinó por los ataques. 

- Bueno-dijo Ginyu a Piccolo- ahora solo quedamos nosotros. Contigo me divertiré un poco más.

Desde el palacio, Dende y Popo vieron, horrorizados, como Ginyu torturaba a Piccolo arrancándole uno a uno sus brazos y piernas y esperaba cómo se regeneraban para volverlos a arrancar. Finalmente Ginyu puso la mano sobre la cara del namekiano y le lanzó un rayo de ki. Ginyu se levantó. En un segundo apareció delante de Popo y Dende. De un golpe le rompió la espalda al mayordomo y lo dejó caer a la Tierra.

- Bueno. Necesito tu ayuda. Como ves mi cuerpo no está 100% curado y tú puedes curármelo. Así que, ¿qué me dices?
- Jamás te ayudaré. 

- Lo imaginaba.- Ginyu cogió a Dende y se lo llevó volando hacía la ciudad Satán. 


En la ciudad Satán se estaba celebrando una entrevista a Satán sobre el estreno de su nueva película, “Satan y Pampuc y el ataque del monstruo maldito”. Ginyu entró en el plató por el techo. Se aseguró que había una cámara apuntándole y cogió a Satán por el cuello y se lo partió.

- Hola queridos televidentes.-dijo Ginyu- cómo veis he derrotado a vuestro “héroe”. Lo que quiero es simple. Este hombre- dijo señalando a Dende- puede darme algo que quiero, pero no me lo quiere dar. Así que cada minuto destruiré una ciudad hasta que me lo dé.

La mayoría de personas que vieron el programa se pensaron que era una broma. ¿Un niño matando a Mr Satán? Pero de repente empezaron a ver cómo el niño iba volando de ciudad en ciudad (Ginyu cogió una cámara móvil para mostrarlo) destruyéndolas. Dende observaba, incapaz de hacer nada, cómo Ginyu iba destruyendo las ciudades y cómo la gente le odiaba más. La gente de la Tierra odiaba a su Dios. Dende sabía que si curaba a Ginyu él destruiría a todas las ciudades igualmente. Lo peor era que lo hacía de forma de que todas las víctimas sufriesen antes de morir. (Destruyendo presas inundando ciudades, golpeando al suelo para hacer terremotos que hacían caer edificios, cogiendo edificios y lanzándolos desde mucha altura…). Dende tomó una decisión.

- Para- dijo Dende.

- ¿Oh, ya te has decidido?- preguntó Ginyu

- Te curaré. Pero con una condición. No harás que los habitantes de la Tierra sufran. Si los eliminas hazlo de forma rápida. 

- Veo que te preocupan tus súbditos. De acuerdo, acepto el trato.

Dende curó a Ginyu. Por lo menos sabía que Ginyu jamás cogería las bolas de dragón. Una de ellas la había guardado en la sala dónde solo los dioses pueden entrar. Lo último que vio fue cómo Ginyu le tiró al suelo y cómo Ginyu envió un rayo de Ki sobre él destruyendo todo lo que se encontraba a menos de 10 Km a la redonda. 

Ginyu, ahora con el 100% de poder siguió destruyendo ciudades, esta vez siguiendo la última petición de Dende. Excepto en la Ciudad del Oeste, dónde la incendió completamente y entró dentro de la Capsule Corporation, cogió un scouter, una armadura de sayan y a Bulma, y lanzó a esta última dentro de un volcán. Sólo le faltaba uno.

1 comentario:

  1. HOLA DESCUBRI TU PAGINA Y PUSE TU BANNER EN EL MIO

    SALUDOS

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