martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 13: Esconder la bola de dragón



Pilaf y su pandilla llevaban mucho tiempo con la fortuna a su favor. Después de su último encuentro con Goku, el trío decidió hacer negocios menos importantes, aunque no del todo legales. Sus vidas cambiaron cuándo, mientras intentaban robar un banco, Pilaf se encontró un billete de la lotería. Increíblemente, ese número era el ganador del superbote, y ganaron lo suficiente como para vivir con todo tipo de lujos durante toda su vida.

Por fin Shû y Mai recibieron una recompensa por todos los años que se pasaron al servicio de alguien como Pilaf. Pilaf les permitió quedarse con parte del dinero del premio a cambio de que le siguieran sirviendo. Con la ayuda del dinero, Pilaf pudo financiar parte de sus proyectos y ganó un monto de dinero por las patentes de sus robots. Ganó tanto que pudo formar su propia empresa de robótica, que se puso en segundo lugar del ranking de las empresas de última tecnología, sólo por debajo de la Capsule Corp.. Los siguientes años fueran la época dorada del trío.  Con todo el dinero que tenían, ni siquiera necesitaban las bolas de dragón para dominar el mundo. Si ya tenían todo lo que querían, ¿para que esforzarse en dominar el mundo? Puede que por eso las bolas de dragón les resucitaron durante de la lucha contra Buu. Incluso levantaron las manos para darle energía a Goku. En realidad, las bolas les resucitaron porque en realidad ni queriendo podrían hacer nada malo, y todos sus intentos de maldades terminaban en daños a ellos mismos.

Ya habían pasado muchos años, y Pilaf estaba muy contento. Con su nuevo robot-limpiador tenía previsto ganar varios millones. Justo en ese momento se estaba a punto de darse un baño en su jacuzzi justo cuando Shû entro en su cuarto.

                    Hay alguien que quiere verte señor- dijo el sirviente tembloroso- dice que tiene un mensaje de cofcof, Goku

                    ¡¡Ggggoku!!- Gritó Pilaf, asustado- dddile qque ppppase.
                     
Shû trajo a un niño tan alto como Pilaf. Pilaf se fijó en su cara. Se parecía a Goku, pero su expresión mostraba maldad. Pilaf tubo el presentimiento que debía terminar rápidamente ese asunto.

                    Señor, ¿que desea?- dijo Pilaf,intentando no tartamudear

                    Sin chiquilladas, quiero que me des inmediatamente la caja que utilizaste para esconder una bola de dragón sin que apareciese en el radar- dijo el niño

                    Ah, eso. Diría que aún tengo el prototipo por ahí.

No sabía para que quería Goku eso, pero decidió no preguntar. Bajo al almacén y al cabo de cinco minutos ya tenía la caja. Se la dio rápidamente al visitante.

Ginyu ya tenía todo lo que necesitaba para que su plan funcionase. Ahora tenía que buscar la bola de dragón que había escondido. Dos semanas antes, Ginyu había decidido empezar su plan. Se coló dentro del laboratorio de Bulma y puso en una capsula un radar de dragón, un Scouter y un localizador. Después, con el radar, se fue hacía la bola de dragón más cercana. Cuando la encontró, buscó al animal más cercano. Afortunadamente una tortuga terrestre gigante pasaba por ahí y por “accidente”, se tragó la bola de dragón.  Eso le daría tiempo a Ginyu de buscar la solución más definitiva.

Ginyu utilizó el localizador para buscar la tortuga. Al encontrarla, la partió por la mitad y puso la bola de dragón dentro de la caja. El plan funcionaba.

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