Cinco años pasaron des de
ese accidente. La vida siguió su curso. Sin Goku ni Vegeta, la responsabilidad
de proteger al mundo pasó a Gohan, y este fue convencido para que entrenara a
su hija y a Uub con la ayuda de Piccolo para tener una nueva generación de
guerreros preparada para defender la Tierra de futuros enemigos. A Gohan no le
gustaba demasiado esa idea, pero Piccolo le hizo ver que el era el único que
podría sacar completamente el potencial de los chicos. Veil se convirtió en un
niño robusto, muy inteligente y poderoso. Afortunadamente, a medida que fue
creciendo fue empezando a controlar sus instintos de batalla, o al menos eso
creía su madre. Pero igualmente Videl no se fiaba de su hijo, por lo que no le
dejó ir al colegió y contrató a un profesor particular que Chi-Chi le había
recomendado. Otro problema que tenía era su cola. Por mucho que intentaron
quitársela, al cabo de unas horas volvía a crecer. Lo único que podía hacer su
madre era evitar que saliera a fuera las noches de luna llena.
Veil, que en sus ratos
libres se metía en los bosques diciéndole a su madre que salía a jugar, se fue
a su cueva. Su cueva era el sitio donde el chico entrenaba a espaldas de su
madre. Cuando tenía 4 años, Veil descubrió que la única forma de destruir cosas
sin que su madre se enfadara era irse por los bosques, lejos de su madre.
Entonces, anduvo hasta que se encontró con una montaña. Liberó sus impulsos
destructivos y lanzó un puñetazo en contra de la montaña. Entonces toda la
pared de la montaña se reventó y dejo a la luz toda una galería llena de
aparatos de entrenamiento llenos de polvo. Con la ayuda de los libros de la
biblioteca de su padre, Veil descubrió que esa galería pertenecía a una antigua
civilización que había habitado en esas montañas hace 3000 años. Por lo visto,
esa civilización poseía una gran tecnología de entrenamiento para sus soldados.
Pero, aunque disponían de una tecnología muy avanzada, pocos soldados, por no
decir ninguno, sobrevivían al entrenamiento, así que abandonaron sus salas de
entrenamiento y tapiaron la entrada.
Con la ayuda del
entrenamiento, ahora podía aguantar una lucha a 200G, tenía un control total de
su Ki, podía sentir el Ki de las otras personas, y se había entrenado para ser
un estratega perfecto en medio de una batalla. Sólo en un año, Veil ya había
superado el 99,99% del entrenamiento de que las maquinas disponía, pero le
faltaba una última prueba. La prueba final consistía en la lucha contra un clon
exacto a la persona que se entrenaba. Ese clon tenía todas las características
que el sistema había recolectado de las pruebas anteriores, por lo que
prácticamente no se podía coger por sorpresa. El objetivo de la prueba era
conseguir que la persona pudiera aprender a improvisar y a tener la capacidad
de mejorar en medio de una batalla. Veil respiró hondo, repasó su plan, y entró
en la sala. No sabía que alguien que llevaba mucho tiempo esperando para empezar
su venganza estaba muy atento de sus movimientos en ese momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario