martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 22: Un extraño caso




Hatchan se había encontrado a un niño medio-congelado y herido delante de su puerta. Lo cogió y lo puso rápidamente dentro de su casa. Suno, que se había convertido en una doctora de gran reconocimiento, de hecho había ganado incontables premios gracias a sus trabajos en el ámbito de la medicina, le examinó nada más verle.

                    Tiene unos cortes profundos en las manos-dijo, mientras Hatchan, que se había hecho su asistente personal, lo anotaba todo en su libreta- ha estado expuesto al frío durante mucho tiempo. Está desnutrido y deshidratado. Y haber que más hay aquí...-prosiguió. Entonces vio la cola. No se lo podía creer. Sólo una vez había visto alguién con cola, y de eso hacía muchísimos años.

                    Tiene cola...-dijo Hatchan, sorprendido- ¿¡es Goku!?

                    Es imposible que sea Goku-le respondió Suno- aunque se le parece mucho. Debe ser su nieto

                    ¿Y que hace aquí? ¿Porqué está tan herido?

                    Eso quería saber yo...

Se pasaron las siguientes horas cuidando del niño. Hatchan lo puso dentro de una habitación y le mantuvo caliente y alimentado. Suno le puso unos puntos en los cortes de las manos. Encontraron un radar en los bolsillos del niño, hecho que les confirmó que ese chico tenía algo que ver con su antiguo amigo. El niño estuvo inconsciente durante 3 días enteros.

Ginyu se despertó. Miró a los lados. Sin duda alguien del pueblo le había salvado. Recordó a un hombre muy grande abrir la puerta. Se miró las manos. Ahí había una cicatriz en cada una. CICATRICES. EN SU NUEVO CUERPO. Eso le enrabió. Aparte de eso le dolía todo el cuerpo. Trató de levantarse. No pudo. Sin duda esos terrícolas estaban muy retrasados en la área de la guarnición. Si eso hubiera pasado mientras estaba a las ordenes de Freezer simplemente habría tenido que estar medio día en el recipiente de curación y estaría como nuevo. Ahora tendría que estar el resto de su vida con esas cicatrices. Entonces notó algo extraño. Si se concentraba, podía notar la energía de los seres vivos que había por ahí. Eso le mejoraba mucho las cosas. Los zenkais de los sayan eran muy útiles. Ahora no tendría que verse obligado a ir a la Capsule Corporation a por un Scouter. De repente el hombre que le abrió la puerta entro a la habitación. Era extraño. Ginyu no notaba su energía. Sin duda su habilidad no estaba del todo desarrollada.

                    Oh-dijo Hatchan- te has despertado

                    ¿Dónde estoy?-preguntó Ginyu, adoptando el posado de “niño perdido herido”

                    Tranquilo. Te encontré inconsciente delante de esta casa. Eres pariente de Goku?

                    Eh, pues...- “¿Conocen a Goku?”-no sé quién es ese…

                    ¿Y como es que tienes cola y este radar?

                    No lo sé…-“¿cuánto saben estos?”-no me acuerdo

Suno se pensó que el niño había sufrido un Shock y lo mantuvo en observación. Ginyu decidió quedarse ahí mientras se curaban sus heridas. De esa forma se curaría más rápido que si se escapaba. Esa táctica le funcionó hasta que vio a través de su ventana a una de las pocas personas que deseaba ver.

Bra llamó a la puerta. Le explicó a Suno que necesitaba a un médico y que había oído que ella era la mejor. Ella dijo que estaba encantada de ir, pero que no podía dejar a un niño que se había encontrado. “Un caso extraño. No recuerda nada y tiene cola”, dijo Suno. Bra unió cabos de seguida. Le preguntó dónde estaba ese niño y corrió hasta esa habitación. Al abrir la puerta, la habitación estaba vacía y la ventana abierta.


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