El capitán Ginyu era
feliz. Por una vez desde hacía muchos años, tenía una esperanza de volver a
tener poder. Para alguien que llevaba 30 años dentro de un cuerpo de rana, las
alegrías no eran muy frecuentes. La última fue cuando, de forma extraña, las
bolas de dragón lo habían resucitado después de que Buu destruyera la Tierra.
Ginyu se imaginó que, cómo el no entraba en la categoría de human al ser una
rana, las bolas le habían revivido durante el deseo de devolver la Tierra a su
estado original.
Ginyu no se había alejado
demasiado de los Guerreros Z en todos esos años. Cuando oyó la noticia de que
su amo Freezer estaba vivo y que se dirigía a la Tierra, se las ingenió para
meterse en el avión de Bulma para ir al sitio donde el extraterrestre
aterrizaría para pedirle a su jefe que le ayudara. Para su desgracia, vio en
primera fila cómo Trunks partió en dos su última esperanza.
También se acercó para ver
la llegada de esos famosos Androides, pero resultaron ser un fiasco. Animó
profundamente a Cell durante sus juegos, puesto que al tener células de Freezer
a lo mejor le ayudaría. Pero Son Gohan
también desintegró esa oportunidad.
Al cabo de los años, ni
siquiera tenía ya la esperanza de volver a tener un cuerpo decente. Su último
deseo era ver la destrucción total de todos los que le habían condenado a una
vida de anfibio. Desde que vio que nadie le ayudaría, empezó un plan. No
volvería a cometer el mismo error que había hecho en Namek. Necesitaba un
cuerpo con un gran potencial, pero también necesitaba tener tiempo para
acostumbrarse al nuevo cuerpo y poder estar al máximo de poder. Observó de
cerca los nacimientos de los hijos de los guerreros Z (Trunks, Goten, Marron,
Bra, Pan...), pero ninguno de ellos tenía el potencial cómo para conseguir una
venganza efectiva.
Entonces nació Veil. Desde
pequeño ya mostraba un gran poder. Con la ayuda del Scouter que le robó a
Bulma, vio que, con solo 2 meses, ya tenía un poder de 15000 . El problema es
que sólo demostraba sus poderes cuando liberaba sus instintos guerreros
saiyans. Cuándo Goku y Vegeta desaparecieron, se alegró, pero él hubiera
preferido matarles él sólo. Pero aún quedaban muchos saiyans y humanos que matar.
Ahora estaba preparado.
Había robado un traductor de rana a Bulma y estaba esperando a que Veil
terminara su entrenamiento. En cuando saliera, el cuerpo perfecto sería suyo.
Había tenido treinta años para preparar el plan perfecto. No tenía ningún punto
flaco. Sólo hacía falta esperar.
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