martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 20: El ojo del huracán



Gohan, Yamcha y Ten, que se los había encontrado mientras iba hacia el palacio de Kamisama, llegaron al lugar de la batalla diez minutos después. Encontraron los restos de A-18 rapidamente, pero tardaron bastante en encontrar los restos de Uub. Estaba junto a una orilla del río, medio helado y desfigurado. Por ningún lado encontraron a Veil, por lo que se imaginaron que Uub le venció.  Yamcha se agachó para llevárselo.

                    Bien chico-dijo, despidiéndose de él- al final lo conseguist... ¡Un momento! Tiene pulso... ¡Está vivo!

                    ¿Cómo?-dijo Ten

Decidieron llevárselo rápidamente al Palacio de Dios para ver si Dende pudiera curarle. Al llegar, Dende le curó las heridas, pero no pudieron recuperar su oreja derecha, su brazo derecho, su mano izquierda y sus dos pies. Uub no despertaba, y aunque lo hiciese, no podría volver a luchar. Al cabo de un rató llegó Satán junto a una gran botella que contenía a Buu (finalmente se dió cuenta de que no estaba jugando). Al ver a Uub y a Buu juntos se dieron cuenta de que Uub debía haber cogido fuerza de su contraparte para poder vencer a Ginyu. Esa era la razón de que Uub siguiese teniendo gran parte de su cuerpo, le había cogido materia a su contraparte, de forma que Buu se quedó así y Uub no desapareció completamente, que es lo que debería haber pasado a cualquier mortal que utilizase el Kaioken a tanta potencia.

Cinco horas después, todos los guerreros Z se reunieron en el palacio de Kaiosama. Buu ya empezaba a solidificarse, aunque ahora parecía una gelatina. Tenían seis bolas de dragón, pero no tenían forma de encontrar la séptima. Ni siquiera Baba podría decir dónde se encontraba, ya que Ginyu le había destruido su bola. Y hasta que no pudieran ir a Nuevo Namek o hablar con el Dios Kaito, no podrían hacer nada. Pero Kaito, sin su planeta al final del camino de la serpiente, estaba un poquito “inaccesible” por los Guerreros Z.

                    ¿Seguro que no puedes construir una nave más rápidamente?-  le preguntó Trunks a su madre

                    No sin las piezas. Pero no queda ninguna nave de los saiyans por aquí

                    Un momento... ¡Si que queda otra nave!- dijo Puar, al encontrar la solución. - la nave de Freezer. Trunks la destruyó, pero sus piezas deberán seguir por la zona.

                    ¡Tienes razón!-dijo Bulma- ¡tenemos que ir ahí enseguida!

                    Te acompaño-dijo Bra. Desde pequeña le había encantado el trabajo de su madre, incluso había empezado a estudiar nanotecnología capsulativa – y Trunks, tu también deberías venir, ya que por tu culpa la nave estará medio-destruida .

                    Pepepepero...-dijo Trunks. Iba a quejarse, pero Bra le miró con una mirada asesina y Trunks decidió callarse.

                    Nosotros nos vamos a casa.-dijo Ten Shin-hasta luego

Todos los Guerreros se fueron tranquilos a casa. Se pensaban que la tormenta ya había terminado. No podían estar más errados. Ahora mismo sólo estaban en el ojo del huracán. Y la otra parte del huracán era mucho más terrible.

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